Enciende una luz. Palabras desde el cáncer |
Elena Arribas Delgado
Vivir es nacer a cada instante
Erich Fromm
«Este libro es un canto a la vida, una celebración de la esperanza. Nació como una idea de la poeta Iria Fernández Silva, quien muy joven tuvo que aprender a vivir con el cáncer. Aprender que ella era y tenía una enfermedad; que la enfermedad no la tenía a ella, ni ella era su enfermedad. Este es el poema que quiso incluir en este libro:
¿Te duele? ¿Te duele el cáncer?
entonces me agito
tiemblo por nicherías
con un no que se parapeta frente al espejo
las rodillas a punto de echar raíces
y un hilo que sentencia
que tarde en venir el dolor
¿el pecho? a penas lo amputaron
cierres con costras y parches de morfina
una presencia de sonrisa dibuja una elipsis sobre el pulmón
me está sepultando el tumor me devora de a poco
aunque le hable bajito o le muerda los labios
me está sepultando el tumor
conozco las reglas del juego
Ella, que había perdido tanto, tenía siempre actitud ganadora. Vivió tres vidas antes de cumplir los cuarenta, cada día como si fuera el último. Siempre haciendo grandes planes, sonriendo a todas horas. Una persona que tendría que ser eterna, porque allí donde iba encendía la luz.
Un día, se le ocurrió invitar a poetas, amigos y familiares a escribir sobre su enfermedad para recaudar fondos contra ella. Nos pidió generar un texto que tuviera que ver con el cáncer, con sus luces y sombras. Historias de superación, de duelo, de esperanza, de rabia, de optimismo...con total libertad de fondo y forma.
El objetivo era poner al alcance de todas las personas un libro bonito, generoso y con mucha luz que hablara, con o sin nombrarlo, del cáncer; convencida de que nadie mejor que un enfermo, un familiar, un profesional sanitario o una amiga de una paciente para expresar cómo es vivir rozando el cáncer.
Por eso hay en esta antología muy distintas voces, desde reconocidos escritores que se desnudan como nunca antes sobre el papel, hasta personas que nunca antes se habían sentado a escribir y lo hicieron solo por amor, con la esperanza de que su testimonio fuera útil y cálido, que sirviera para que alguien, al otro lado del papel, se sintiera acompañado».