Susana Obrero |
Nuestra querida compañera Susana ha ganado el I Certamen Literario Enrique Segovia Rocaberti cuyo fallo compartimos más abajo, junto a dos poemas casi imprescindibles... Enhorabuena.
ENTREGA DE PREMIOS DEL CONCURSO DE POESÍA ENRIQUE SEGOVIA ROCABERTI
El pasado 16 de febrero a las 18:00 H. tuvo lugar en el teatro Lope de Vega de Chinchón, la entrega de premios del I Certamen Literario Enrique Segovia Rocabertii, que en esta primera edición se convocaba como concurso de poesía. La presidenta de la Asociación, Dª Isabel Montes hizo la apertura del acto, explicando la elevada participación y la gran calidad de los trabajos presentados. A continuación José Luis Armedáriz realizó una breve semblanza del poeta Enrique Segovia Rocaberti y seguidamente se leyeron algunos de sus poemas. A continuación se procedió a la entrega de premios con la colaboración de Milagros García Guerrero, portavoz del jurado, que explicó la composición de éste y dio paso a la entrega de los premios por la Alcaldesa de Chinchón y la Concejala de Cultura.
INTERRUPCIONES O POESÍA COLATERAL
Los centros comerciales están plagados de maquis
y en las barricadas sólo se oye
“el teléfono al que llama está apagado o fuera de cobertura”
En esto no hay poesía, quizá si metiera entre tus rizos una pluma de carbonero común y tú dijeras que es de jilguero y yo sonriera…
¿La revolución?
Disponibilidad únicamente lunes y miércoles de 6 a 8
a partir de octubre, claro.
Y lanzamos hojas a navegar por el río asustando a los garapitos de la orilla.
Leer sólo reales decretos que regulen la incertidumbre,
consumir pequeñas rabietas y atentados terroristas.
Indignarse moderadamente, empatizar en espacios con wi-fi emocional.
Sin camiseta dibujaste en el tronco de un árbol otro árbol. Dile adiós a esta familia de setas.
Cualquiera puede ser presidente, su comunidad de vecinos le ayudará.
Los langostinos en las pescaderías de barrio
hacen campaña electoral para las próximas municipales.
Y esperamos sentados a que los árboles se tragaran la luz y el cielo se sonrojara.
Cada vez más rojo, más negro, más rojo.
Poder si los mercados financieros no deciden lo contrario cruzar la jungla en chanclas de dedo, pero no cancelar la cuenta del banco, desaparecer en twitter o anular esta permanencia en Vodafone.
Tú perseguías un gato cuando se fue la poesía.
Desde el sofá, frente a un plasma que pagar en 12 cuotas, sólo encoger los hombros y cambiar de canal si la cosa se pone fea.
En el bosque, el carbonero común lee un manifiesto ante miles de garapitos que aplauden en el río.
La familia de setas inicia una huelga de hambre indefinida.
PRIVATIZACIONES
Privatizaron la risa, las vocales y las palabras esdrújulas.
Pero…
¿qué poeta puede mantenerse en huelga muchas noches?
Privatizaron los hormigueros, la lluvia, el color verde y el olor a pan.
Y la rama
¿a cuántos pájaros puede sujetar antes de partirse?
Privatizaron las cosquillas, los deseos y las semicorcheas.
Ironía se encoje de hombros y busca en su bolsillo clandestino mercenarios que aún no se hayan puesto el pijama.
Los dictadores desayunan cola-caos calentitos,
cuidan sus mechas
y graznan.
Fuentes no oficiales confirman que,
a pesar de todo,
las trenzas de las niñas se empeñan en volar.