A esta edición del premio, patrocinado por el Ayuntamiento de Getafe, se presentaron más de 800 manuscritos procedentes de todo el globo
ACTA DEL JURADO
En la primera convocatoria, Juan José Rodinás fue el ganador gracias al poemario Cuaderno de Yorkshire, que ha cosechado más éxitos internacionales, convirtiéndose en merecedor del Premio Jorge Carrera Andrade. En la segunda convocatoria el libro premiado fue El Gran Bosque, de Marta López Vilar, un conjunto de poemas en prosa entre lo onírico y lo cinematográfico, construido con una mirada que se abre al paisaje conflictivo de la otredad y el mundo. La tercera cita la ganó Teresa Soto con Crónicas de I, una propuesta depurada, intensamente lírica, que revitaliza la crónica de Indias para dar cauce poético a la dura experiencia de la extranjería. En la IV edición, mar caníbal, de Guillermo Molina Morales, fue la obra escogida por el jurado. Un poemario que oscila entre el lirismo y la crítica para bucear en la realidad histórica y social del Caribe, gracias a una estrategia coral que aúna voces y puntos de vista diferentes. Tala, de Jon Obeso se alzó con el galardón en la V edición. Un conjunto de poemas que repiensan lo humano desde una mirada que recoge el asombro ante lo animal y lo vegetal, creando una expectativa que emociona al lector con un estilo despojado, sobrio, que confronta la carencia y la precariedad de los vínculos. En la sexta edición fue declarada ganadora la reconocida poeta María Ángeles Pérez López con su poemario Libro mediterráneo de los muertos, del que el jurado destacó la intensidad y riesgo verbales de unos poemas en prosa que ofrecen una recreación imaginativa del drama de las pateras y los migrantes que cruzan el Mediterráneo. La séptima edición galardonó el libro Utilidad de las estrellas, de la escritora argentina María Negroni, un libro de poemas austeros y expresionistas en diálogo fulgurante con la filosofía, los mitos y la historia.